Fallida transposición de Alicia en el país de las Maravillas

Ezequiel Obregón
Leedor
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2 min readJan 16, 2024

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Fallida versión cinematográfica de Alicia en el país de las maravillas

Alicia en el país de las Pesadillas (Alice in Terrorland, 2023) traslada el clásico de Lewis Carroll hacia el cine de terror. El resultado decepcionará tanto a los lectores del libro como a los amantes del género.

El realizador Richard John Taylor propone con su filme la relectura de un clásico que, de por sí, deja servido su argumento al servicio de lo ominoso. El imaginario sobre el doble, los juegos del lenguaje y la reflexión sobre la identidad (desde una óptica contemporánea, antecedente del psicoanálisis) son tópicos que bien pueden adquirir una nueva dimensión con las herramientas y las narrativas específicas del cine de horror. Pero en esta transposición, todo se reduce a un page to page en el que cada personaje tiene su versión en pantalla. No es un problema la austeridad con el que ellos se presentarán, sino la escasa inventiva puesta y, en definitiva, cierta “traición” que implica no generar miedo en el espectador (de un filme de terror, precisamente).

Dicho lo anterior, ¿qué queda de Carroll en esta película? Figuras, imágenes, asociaciones, que no le hacen honor a su celebrado opus. En esta oportunidad, Alicia (Rula Lenska) pierde a sus padres en un incendio y debe irse a vivir con su abuela. Con un acento too british y una pretendida hospitalidad, el comienzo deja servida la chance de ahondar en un personaje siniestro. Lo que sigue, en cambio, es lo que se ha advertido: una transfiguración de motivos y figuras nodales que no genera ni siquiera suspenso o una minúscula cuota de intriga.

Alicia en el país de las pesadillas llegó a las pantallas argentinas gracias a Terrorífico Films, una nueva distribuidora de terror que con sus primeras entregas causó entusiasmo en quienes aprecian el género. Es posible que este nuevo producto en su incipiente catálogo se justifique por su singularidad (cuesta entenderla como una película “slasher”, tal como se la presentó en la gacetilla de prensa). Volviendo al libro, seguir el conejo blanco no propuso, esta vez, el acceso a un universo maravilloso, sino que nos llevó directo al tedio.

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Ezequiel Obregón
Leedor

Escribo sobre cine, teatro y literatura. Cuenta de Medium para Leedor.