“No estás sola: La lucha contra La Manada”, en Netflix
El documental de Almudena Carracedo y Robert Bahar reconstruye el caso de “la manada”, un crimen-bisagra que logró movilizar a multitudes de mujeres españolas contra la violencia machista.
Durante la tradicional fiesta de San Fermín en Pamplona, en 2016, cinco jóvenes autodenominados “la Manada” violaron a una chica de 18 años. La víctima -cuya identidad, como podrá comprenderse, no fue difundida- tuvo la fortaleza para solicitar ayuda e identificar a los agresores sexuales. Con el relato de esta situación dolorosa comienza el documental de los mismos realizadores de El silencio de los otros (2018), quienes ofrecen un trabajo potente que recurre a la voz y al cuerpo de algunas actrices para retratar el angustioso proceso que llevó a una cuestionada condena, primero, y a su consecuente revisión y reparación, después. Voces que reproducen testimonios reales, extraídos de expedientes judiciales, capaces de generar escalofríos en quien los escuche.
Pero esas voces están y merecen ser escuchadas, entonces ¿cómo mirar el horror de frente? Esa parece ser la pregunta que se replica secuencia tras secuencia; primero, en el trauma que padece la víctima y, luego, en el enfrentamiento de un poder judicial que la somete a preguntas retrógradas, insensatas, que minimizan la acción de los agresores. Una revictimización en la que subyace las mismas condiciones de posibilidad que hicieron que aquel grupo de hombres que la sometieron y la violaron se sintieran impunes.
No estás sola: La lucha contra La Manada narra, entonces, ese martirio individual que deviene colectivo, gracias al acompañamiento de miles y miles de mujeres que reclamaron por un castigo justo al que finalmente se arribó mediante una intervención del Tribunal Supremo. Pero los directores también reorganizan el trabajo documental a partir de un trazado de época -acompañado con una dirección de arte que hace hincapié en la potencia de las redes sociales- en el que la difusión mediante internet permitió un “efecto contagio”, en este caso, purificador. A partir de diversos hashtags (#cuéntalo, el principal), las mujeres de España (de todas las edades, vale la pena remarcar) se animaron a alzar la bandera contra el patriarcado, en una búsqueda grupal por sembrar el motor de cambio para que la sociedad lograra entender que lo que ocurrió en Pamplona no es un hecho aislado, sino la confluencia de muchas acciones y omisiones que se reiteran, acaso, sin que se termine de advertir sus riesgos.
De este modo, el trabajo de Carracedo y Bahar, se transforma en un testimonio de época que tuvo su correlato en otras manifestaciones del mundo (con el #metoo como estandarte). Es cierto que en su aspecto formal no es, precisamente, “innovador”, pero en la contraposición de voces y en la reelaboración de materiales judiciales encuentra sus herramientas más nobles para transformarse en un contundente documento contra la violencia que se resiste a ceder.
